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Esencia espiritual en el Muay Thai

Por Javier Criado.

Después de algunos años ya en el muay thai, he podido disfrutar y presenciar (y vivido en primera persona) esa esencia y única sensación que nos rodea en el antes y después de un combate, todo lo relacionado con esa espiritualidad que nos a sabido enseñar el pueblo tailandés a todos los que amamos el muay thai.

Prajaets, mongkon, rezos y rituales ( Wai khru y Ram muay), así como las oraciones de nuestros maestros son sin lugar a duda los símbolos más significativos relacionados con lo espiritual que nos encontramos durante esos combates de muay thai.

 

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A continuación os dejo con un interesante artículo publicado en la web Fightland, en la cual el relato nos acerca a esos momentos vividos por los combatientes y nos explica como la  creencia del mundo espiritual siempre ha sido un gran componente de la cultura tailandesa y del muay thai. El siguiente texto es un breve acercamiento a los fantasmas y espíritus del muay thai, como lo platicó Boom Watthanaya, peleador de la región central de Isaan en la región rural de Tailandia.

 

«Los fantasmas son como humanos—algunos son buenos, otros son malos. La creencia es que después de que la gente muere, aquellos que vivieron una buena vida y lograron méritos renacerán en una vida mejor. Los espíritus de las personas malas que pecaron, quedarán atrapados en este mundo. Debido a que no hicieron méritos suficientes mientras eran humanos, ahora tienen que hacer méritos en forma de fantasma antes de que puedan irse.

Hay fantasmas en todas partes, incluso en un gimnasio de muay thai. Algunos son espíritus que divagan, algunos son fantasmas de viejos maestros que fallecieron y aún protegen el gimnasio o fantasmas de amigos fallecidos, familia u otras personas en la comunidad. Como peleadores, nos enseñan desde pequeños a buscar fantasmas para que nos protejan en nuestras peleas. Es parte de nuestras creencias, parte de la estructura de las peleas. Puede ser una creencia literal para algunos peleadores pero creo que para otros es más simbólico.

No me denomino como alguien demasiado supersticioso o religioso, pero incluso yo sigo algunas costumbres. Por ejemplo, a veces me pongo nervioso cuando viajo a lugares nuevos, así que me aseguro de rendirle respeto a los fantasmas locales. O cuando peleo, puedo hacer ofrendas antes.

Cuando el Sr. Dit, dueño de mi gimnasio, arma el ring para sus promotoras, hace un plato de ofrendas, en su mayoría comidas y bebidas simples. El Sr. Dit lleva el plato a la pelea, y una vez que el ring está armado, agradecerá a los fantasmas y les pide protección para todos los peleadores, no sólo por los de nuestro gimnasio.

Si eres el que estará peleando, entras al ring y saludas a los espíritus, les muestras respeto. Les dices a los fantasmas que están escuchando, “mantenme seguro esta noche”. Luego vas a tu esquina, tu esquina te quita el mongkol y recita los conjuros para el mundo espiritual.

 

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Estas cosas en nuestra cultura del muay thai, conjuros y hablarle a los fantasmas y ofrecerles ofrendas, se pasa de generación en generación. Crecí con ello. No puedo separar el muay thai de los aspectos espirituales; van de la mano para mí. Todo se trata de su hogar, tu gimnasio y tu campamento. Estos son fantasmas de nuestros ancestros, de nuestra villa donde han pasado docenas de generaciones antes que tu y que pasarán después de nosotros. Tienes una conexión más profunda que sólo, “ese es mi gimnasio y ahí es donde entreno”. El mundo espiritual te da raíces. Te dice, “este es tu hogar esta es tu familia, y aquí es a donde perteneces”.

La vida de muay thai es peligrosa en muchas maneras. Las peleas y el entrenamiento son peligrosas, pero también lo es dejar tu casa, viajar para las peleas y entrenar en un gimnasio nuevo del otro lado del país. Los peleadores necesitan mucho apoyo, así que buscan en el mundo espiritual. Además, los peleadores de muay thai por lo general vienen de áreas rurales del país, como en mi hogar en Isaan. La gente de ahí está más inclinada a ser supersticiosa, a creer en fantasmas en un sentido literal, y a practicar tradiciones antiguas. Pero no es sólo la gente rural. Hay grandes promotores y campeones famosos en Bangkok que aún realizan estos rituales.

 

Como Lamsongkram Chuwattana, es un peleador de alto nivel y mi esposa Frances me contó una historia cuando regresó de pelear en la misma cartelera que él en China, “Lam les reza mucho a sus fantasmas”. Me dijo cómo llegó a la pelea usando un collar con nueve Budas. Se quitó el collar, lo sostuvo en la mano mientras dijo sus conjuros, luego se lo pasó a su promotor para que lo cuidara, un tipo que trabaja en el Estadio Bangla en Phuket. Mi esposa ayudó a Lam a prepararse para la pelea, le dio un masaje y tuvo que ayudarle de esquina porque aparentemente el promotor de Bangla no tenía idea de cómo ser esquina para un peleador. Lo único que hacía era guardar los Budas de Lam. Lam dijo algunas oraciones extra y saltó al ring para su pelea.

Inmediatamente después del combate, Lam le pidió al promotor sus Budas. Dijo que no podía hacer nada hasta que los tuviera de regreso. Quería sus Budas de inmediato, antes de bañarse, antes que nada. Sólo cuando tuvo sus Budas de regreso pidió su segunda cosa más importante—sus cigarros.

No se que tipo de ofrendas le hizo Lam a sus fantasmas antes de esa pelea en China, pero en general, les haces varias ofrendas para que quieran protegerte y darte buena suerte. Después de una pelea grande, si ganas, tienes que darles una cabeza de puerco, whisky o cerveza. A menudo es el dueño del gimnasio el que hace la ofrenda, como diciéndole a los espíritus, “ayuden a mi peleador, y si gana, ¡les daré esto!”… supongo que es como un soborno.

A cambio, el fantasma debe proteger al peleador de mala suerte o de fantasmas destructivos. Existe una creencia de que algunos fantasmas son malos, y quieren dañarte.  Tal vez esos son fantasmas que sobornó el gimnasio de tu oponente. Por lo que se, los fantasmas pelean unos contra otros durante los encuentros, así como los nak muay  en el ring.

Mi única experiencia directa con un fantasma no tuvo nada que ver con el muay thai. Esto fue poco tiempo después de que mi hermano falleciera. Fue exitoso, se unió a la marina y la vida iba bien para él, pero murió de pronto en un accidente de motocicleta cuando era adolescente. Apenas tenía 22 años de edad. Fue un momento horrible para mi familia.

Una noche estaba dormido en la casa de mi padre cerca de los campos de arroz y sentí algo. Me desperté y vi una sombra en la esquina de la habitación. Era la sombra de alguien caminando hacia mí, excepto que no había nadie produciendo la sombra. Le llamé a mi otro hermano, pero nadie respondió. Ni siquiera sabía si había alguien más en la casa. La sombra se acercó más cada vez y luego se detuvo, se desapareció por completo. Al principio estaba temblando y sudando pero cuando me di cuenta de que era el espíritu de mi hermano,  me calmé y ya no estuve asustado.

Muchos tailandeses creen que los espíritus siguen en la tierra unos días después de fallecer para poder visitar a sus familias antes de ir al inframundo a su juicio final. Recuerdo que había un peleador del norte del que había escuchado. Había conseguido un contrato con un gimnasio en Bangkok, así que se mudó a la ciudad y nunca tuvo oportunidad de visitar su pueblo. Extrañaba a su familia, dijo, pero no podía visitarlos porque estaba entrenando y peleando todo el tiempo. Dijo que deseaba que fueran a verlo, pero no tenía los medios para llevarlos a Bangkok.

De cualquier manera, en una de sus peleas en un gran estadio en Bangkok, volteó a su esquina y se sorprendió de ver que su madre finalmente había ido a una de sus peleas. No la había visto en varios años desde que se fue de casa. Estaba tan feliz, que apenas pudo concentrarse en ese round. Ya estaba siendo superado por su oponente y comenzó a perder por puntos. Regresó a su esquina durante el descanso pero no pudo encontrar a su madre, pensó que había salido por un momento.

El siguiente round fue lo mismo. Sonó la campana comenzó a pelear y su madre estaba de regreso, sonriéndole desde su esquina. Pero durante el descanso desapareció de nuevo. Fue la noche antes de su último round y estaba perdiendo. Le preguntó a sus esquinas, “¿dónde está mi madre? La vi de pie aquí contigo” Y su esquina le respondió, “no se donde está tu madre. Sólo enfócate en la pelea. No pienses demasiado”.

No le había ido muy bien hasta ese entonces, pero en el último round se recuperó. Debió haber recuperado la energía, porque terminó ganando la pelea. “Una victoria de suerte”, así le llaman los apostadores. Cuando el juez levantó su mano, volteó a su esquina y vio a su madre de pie ahí, llorando de felicidad.

Después de rendirle respeto a la esquina de su oponente, corrió a su esquina pero su madre se había ido de nuevo. Le preguntó a su esquina sobre ella, pero de nuevo no supieron decirle donde estaba. Caminó por el estadio durante vario tiempo pero no pudo encontrarla.

A la mañana siguiente, el gimnasio recibió una llamada de su pueblo en el norte. Su madre había fallecido una noche antes.

Lo escuché contar la historia una vez. Dijo que creía que había ganado la pelea porque el espíritu de su madre fue a ayudarlo. “Me cuidó durante mi pelea, dijo, “como lo hacía cuando era niño”. Por la manera en que contó a historia, puedo decir que en verdad lo creía.

Yo también creo esa historia. A veces cuando peleo, busco a mi madre en mi esquina. Ella falleció hace algunos años. Nunca he visto su espíritu, pero aún le pido a ella y a mi hermano que me protejan mientras peleo o viajo. A veces cuando estoy callado, cierro los ojos y trato de conectarme con sus espíritu. Vengan a ayudarme, vengan a verme en mis sueños. Ambos fallecieron hace años, pero aún los extraño. Nunca dejas de extrañar a las personas que amas.»

 

 

Javier Criado

Redactor de SpaceBoxing, Instructor de Muay Thai, árbitro nacional de Muay Thai y K1, entrenador de deportes de contacto.
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